Geografía y Mujer. La Asociación para la Enseñanza de la Mujer, iniciativa para mejorar y liberar de prejuicios la condición femenina.

LA SOCIEDAD GEOGRÁFICA DE MADRID Y LA ASOCIACIÓN PARA LA ENSEÑANZA DE LA MUJER

La fecha del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, nos lleva a recapitular sobre las relaciones que, desde sus respectivas fundaciones, tuvieron las dos sociedades que figuran en el título de este breve recordatorio, para significar el interés que la vida económica, social y cultural de la mujer tenía para ambas entidades.

En efecto, la Sociedad Geográfica de Madrid, hoy Real Sociedad Geográfica, fue fundada en 1876, el mismo año que se promulgaba la Constitución de la Monarquía restaurada en la figura de Alfonso XII. Seis años antes, se había fundado, también en Madrid, la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, gracias a los esfuerzos de Fernando de Castro, que había sido rector de la Universidad Central durante la Gloriosa. Dos instituciones muy diferentes, pero ambas productos de los problemas e ilusiones de uno de los periodos más conflictivos e inestables, pero también más sugerentes, de nuestro siglo XIX.

En realidad, las diferencias entre estas sociedades no eran tan acusadas como podrían parecer a primera vista, pues ambas participaban de un mismo espíritu regenerador y compartían su preocupación por mejorar el futuro del país mediante la educación: de las españolas, la Asociación para la Enseñanza de la Mujer y de la formación geográfica, de todos los ciudadanos la Sociedad. Estos objetivos posibilitaron un amplio espacio de convergencia en el que coincidieron ambas sociedades. Por ello, hemos considerado oportuno traer de nuevo a colación esos intereses comunes en esta fecha tan señalada, cuando se cumplen casi ciento cincuenta años de las mismas.

En efecto, la Asociación para Enseñanza de la Mujer fue el feliz resultado de los esfuerzos de don Fernando de Castro por crear una institución capaz de afrontar la educación de las mujeres de su tiempo, con la finalidad no sólo de mejorar su conocimiento y cultura, sino también buscando el impacto que la mayor formación e independencia de las mujeres de entonces debería tener sobre el resto de sus familias y de la sociedad en general. Por ello, se dirigía sobre todo, a las mujeres de clase media que, según sostenía de Castro, eran las que se veían más limitadas por los convencionalismos de la época y también las que, una vez bien formadas y capacitadas profesionalmente, podían tener mayor potencial de regeneración sobre el resto de la sociedad. Las ideas de Fernando de Castro al respecto se completaban con su defensa de la libertad de cátedra, la educación de los pobres y la necesidad de regenerar la vida de su país, mediante las reformas en todos los ámbitos sociales. Por ello, compartió ideas y amistad con Sanz del Río, Giner de los Ríos, Salmerón, Madoz, Coello, etc. es decir el mismo grupo de intelectuales y políticos reformadores del que habría de surgir poco después la Sociedad Geográfica de Madrid, aunque con diferente orientación y objetivos.

La Asociación para la Enseñanza de la Mujer era una institución educativa con múltiples secciones y escuelas, que se fueron adaptando a las necesidades de cada época. Según Bernaldo de Qurós, que hizo una breve reseña sobre la misma en Alma Española (17 de enero de 1904), tras un periodo inicial de desarrollo, la Asociación se expandió rápidamente entre 1881 y 1900, un decenio en el que se inauguró un nuevo local, se creó una revista «Instrucción para la Mujer», se impulsaron las carreras de Institutrices y Profesoras de Comercio y se crearon otras nuevas, a parte de los estudios generales ya existentes (Correos y Telégrafos, Escuelas Primarias y de Segunda Enseñanza, Escuela Preparatoria y Escuelas de Párvulos, etc.). En la mayoría de estos estudios estaba presente la Geografía, lo que suponía contar con varios profesores de dicha asignatura, la mayoría de los cuales eran también miembros de la Sociedad Geográfica de Madrid.

Así, en la Escuela de Institutrices, la Geografía se impartía en el Primer Curso, con una lección semanal, asignatura que seguramente fue una de las que impartió Martín Ferreiro y Peralta, Secretario de la Sociedad Geográfica desde su fundación. En la Escuela de Comercio se impartía una asignatura de Geografía Comercial y Grandes conjuntos mercantiles, impartida en clase alterna en dos cursos por Rafael Torres Campos primero y luego por Ricardo Beltrán y Rózpide. También en la Escuela de Correos y Telégrafos había una Geografía con Itinerarios Postales. Más adelante se crearon las Escuelas de Primaria, con dos niveles, Elemental (6-9 años) y Superior (9-15 años), cuya docencia geográfica corrió a cargo de dos conocidas maestras de la Asociación, Asunción Vela y Clementina Albeniz, además de Ferreiro, aunque no sabemos durante cuánto tiempo¹.

Las dos profesoras citadas fueron dos personas representativas de la Asociación, pues se formaron en su Escuela de Institutrices. Asunción Vela además fue Secretaria de la Asociación desde 1889, mientras que Clementina Albeniz, hermana del famoso compositor, fue inspectora de estudios y posteriormente recibió las medallas del Trabajo y de Carlos III. Otros profesores de Geografía en la Asociación fueron José Álvarez y Pérez, seguramente el sucesor de Ferreiro, pues aparece como profesor de Geografía Universal entre 1887 y 1893 y el catedrático y político Manuel Zabala y Urdániz que consta explicó también Geografía Económica en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer.

Otra cuestión relevante que pone de manifiesto la relación entre ambas instituciones era la orientación pedagógica de las asignaturas de Geografía impartida en la Asociación a sus alumnas. Así, en unas Instrucciones didácticas del director M. Ruiz Quevedo enviadas al profesorado, se especifica que los trabajos y exámenes de Geografía se deben completar con la elaboración de mapas y con otros ejercicios prácticos realizados por las alumnas de los distintos cursos y grados, lo que se corresponde con la doctrina pedagógica de la Institución Libre de Enseñanza que profesaban la mayoría de los profesores citados, miembros también de la Sociedad Geográfica de Madrid.

Precisamente uno de estos y bien significado, fue Manuel Mª. del Valle, que había sido socio fundador de la Sociedad Geográfica de Madrid en 1876 y que en 1904 era una de los vicepresidentes de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, presidida entonces por Gumersindo Azcárate, según contaba Bernaldo de Quirós en su reseña de Alma Española. Del Valle había sido catedrático de Geografía Histórica en la Universidad Central y posteriormente lo sería de Sociología, pero lo más importante fue el papel que jugó en la Sociedad Geográfica en lo relativo a la mejora de la enseñanza de esta disciplina.

Así, el mismo año de la fundación de la sociedad (1876), se constituyó una comisión en el seno de la misma, integrada por Luis García Martín y Manuel Merelo y presidida por, Manuel Mª. del Valle para fomentar y mejorar la enseñanza de la Geografía en nuestro país y cuyo resultado fue Memoria sobre los Medios de propagar el estudio de la Geografía en España, que terminaba con seis Bases para fijar los medios de propagar los conocimientos geográficos que durante años fueron el principal referente de la enseñanza de la Geografía en todas las instituciones en las que participó nuestra sociedad. Y entre ellas, en las clases impartidas en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, como modesta colaboración, pero bien significativa, a la tarea emprendida por esta, hace ahora ciento cincuenta años, para mejorar y liberar de prejuicios la condición femenina.