Tal como estaba previsto dentro del programa anual de actividades de la Real Sociedad Geográfica, en la tarde del 4 de marzo de 2020, ha tenido lugar una esplendida conferencia impartida por el Dr. D. Ángel Luis Cervera Fantoni con el título: «El Almirante Cervera y el Desastre de 1998».
Con una gran audiencia de público en el salón de actos del Instituto Geográfico Nacional, los asistentes tuvieron ocasión de revivir uno de los acontecimientos más significativos de la historia militar de España y de mayor repercusión para la historia posterior de nuestra nación. El hundimiento de la flota española por la escuadra americana a la salida de la bahía de Santiago de Cuba, puso fin a lo que fue un gran imperio americano y terminó como defensa romántica de algo imposible de mantener en el momento precisamente de expansión de los Estados Unidos y del colonialismo de las grandes potencias europeas. El desastre del 98 situó a España ante la realidad de unos hechos que demostraban su atraso económico y social respecto a otros países de Europa y la ausencia de los recursos que hicieron posible un crecimiento económico comparable al de otras naciones del momento, y consecuentemente la posibilidad de disponer de una flota capaz de asegurar los vestigios de lo que fue el imperio español en ultramar.
La debilidad demográfica de la época frente a Francia o Inglaterra no era sino otra manifestación de la fragilidad de la España de fin de siglo. No obstante, el desastre de 1898 fue también el punto de partida de una profunda reflexión sobre las esencias de España y lo español en el interior y en el mundo, con primeras manifestaciones en el mundo de la cultura a través de la denominada Generación del 98 y el Regeneracionismo, y con hondas repercusiones sociales, económicas y políticas en el siglo XX y hasta nuestros días.
El Dr. Cervera fue desgranando a lo largo de su conferencia las diferencias económicas y sociales de los Estados Unidos y la España que se enfrentaron en el 98 en Cuba y Filipinas, mostrando la evidencia de lo que no pudo terminar más que como sucedió, con el desastre del 98, aunque también fue la ocasión de manifestar el valor de unos marinos y unos soldados que todavía merecen el reconocimiento del gobierno norteamericano a través de homenajes y memoriales que recuerdan aquella gesta, con especial reconocimiento al almirante Cervera.