El pasado día 8 de abril de 2019, el Dr. D. Benigno Pendás García, Catedrático de Ciencias Políticas del CEU San Pablo y Vicepresidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, impartió una magnífica conferencia con el título: “El territorio nacional en la Constitución Española: perspectivas interna y externa” , dentro de las actividades programadas por la Real Sociedad Geográfica para este año. El conferenciante destacó el papel imprescindible del territorio en la construcción de los Estados junto con la existencia de sus otros elementos: la población y el ordenamiento legal a través de la Constitución. De ese modo, la geografía cobra protagonismo y adquiere significado reconocido a lo largo de la historia, de manera muy especial a partir de finales del siglo XIX con figuras como Friedrich Ratzel, Carl Ritter o Halford John Mackinder.
Tras un brillante análisis en el que se pusieron de relieve las diferencias de tamaño y de población de los Estados que forman parte de la Organización de Naciones Unidos, con casos extremos como Nauru, una isla de 21,3 km y 14.000 habitantes, la Federación Rusa, con 17 millones de km2 y 145 millones de habitantes, o Japón, con una población de 127 millones, y su capital, Tokio, de 44 millones de habitantes, casi los mismos que Argentina y poco menos que España, el Dr. Pendás centró la atención de los asistentes en aspectos fundamentales de nuestro texto constitucional relacionados con la articulación del territorio a través de los municipios, las provincias y las comunidades autónomas, de acuerdo con lo dispuesto en el Título VIII de la Constitución de 1978. De ese modo, el Estado garantiza la materialización efectiva del principio de solidaridad consagrado en el artículo 2 de la Constitución, y vela por el establecimiento del equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español, atendiendo igualmente a las circunstancias del hecho insular.
Por otra parte, en un momento en el que ciertos partidos políticos cuestionan la existencia de las provincias y en el que muchos municipios experimentan dificultades por la continua pérdida de población desde mediados del siglo pasado, el conferenciante subrayó el papel de las provincias para asegurar el funcionamiento de los ayuntamientos, para garantizar la distribución de riqueza por el conjunto de la nación, y para crear y mantener infraestructuras. En definitiva, a través de las provincias y de las diputaciones se atienden necesidades de todo tipo de la población que vive en cada una de ellas, y que los municipios por si mismos son incapaces de satisfacer con frecuencia. A todo eso se añaden los valores que resultan de la función política de la provincia, como demarcación electoral, nivel de decisión y de representación.
La conferencia terminó con un animado debate en el que los asistentes intercambiaron opiniones e ideas sobre la organización territorial de España y su funcionamiento después de 40 años de la aprobación de la Carta Magna, coincidiendo sobre el éxito del aparato constitucional, a pesar de desequilibrios y disfunciones generadas por el reparto de competencias establecido por el propio texto y por los diferentes Estatutos de Autonomía. También se está de acuerdo en que las disfunciones más graves se deben no tanto a la existencia de mecanismos de flexibilidad y de respeto a la singularidad de los distintos territorios, que encuentra justificación en el respeto a su diversidad, expresada inicialmente en el Título preliminar, como a la falta de decisión de los sucesivos gobiernos centrales para hacer presente su autoridad en las Comunidades autónomas, ejerciendo competencias y atribuciones reguladoras que la Constitución otorga al poder central. De igual manera, se señalan los inconvenientes provocados por falta de lealtad, otro de los pilares sobre los que la Constitución fue redactada y aprobada.